UNIVERSIDAD MAYOR DE
SAN ANDRÉS
FACULTAD DE CIENCIAS
SOCIALES
CARRERA COMUNICACIÓN
SOCIAL
Estudiante:
Peñaranda Mitta Aylin Adriana
Materia:
Redacción II
Paralelo: B
Fecha:
24 de octubre de 2012
EXAMEN FINAL
ENSAYO
BASADO EN EL TEXTO: “LA
LENGUA DE ADÁN” DE ANTONIO DIAZ VILLAMIL
El aymara la madre de
todas las lenguas
Al
escuchar el nombre “La lengua de Adán” muchas ideas se vinieron a mi mente, pero
al leer la obra me sorprendió como de pronto Emeterio Villamil de Rada expone
los argumentos de por qué el aymara debió ser la lengua que Adán, el primer
hombre creado por Dios según la Biblia hablaba en el Edén. Y es que nosotros
mismos como bolivianos hemos prejuiciado tanto esta lengua de nuestros abuelos
que cuesta creer que sea la lengua madre de todos los grandes dialectos
alrededor del mundo.
Por
muy irreal que la idea nos parezca es innegable que Villamil no habló de este
tema livianamente. Por el contrario, él habló totalmente convencido pues tenía
en que basarse. Este hombre empedernido dio su primer discurso en la llegada de
Simón Bolívar y Antonio José de Sucre a La Paz en 1825 año en que Bolivia fue
finalmente libre. Esta primera aparición pública desde el inicio le auguró
éxito pues el mismo Sucre lo invitó a acompañarlo y aunque él se negó esta
oportunidad demostró su talento.
No
dudo en aventurarse a recorrer el mundo siendo muy joven y desde que empezó esa
aventura no pudo parar. Se indica que Villamil de Rada hablaba al menos 10
idiomas a la perfección y conocía algunos 10 más. A pesar de haber visto todo
el mundo y de haber conocido tantas culturas nunca dejo de lado su origen
sorateño. Todo el conocimiento que adquirió con los años solo lo convencieron
de que el aymara era la lengua perfecta y que el Edén estaba en Sorata.
Desde
el inicio nos encontramos con pruebas concretas del parecido especial que el
aymara tiene con varias lenguas alrededor del mundo. Para personas como
nosotros que carecemos de un amplio conocimiento lingüístico, a diferencia del
autor, se requiere leer el libro dos veces para encontrar los detalles que
Villamil explica con tanto detalle. Pero uno de los aspectos más interesantes
es que no solo tenemos una clase de vocabulario pues el autor eleva sus
preocupaciones a un orden filosófico, cósmico, religioso y antropológico.
Es
muy común ver que personajes que salen del país a enriquecer sus conocimientos
vuelvan más maravillados de lo que han visto afuera que de lo nuestro. Es
cierto que las culturas extranjeras como la de Grecia, Roma, Egipto y tantas
otras son fascinantes. Pero no debemos olvidar que nuestra cosmogonía indígena
es muy profunda y encierra muchos misterios que ningún filósofo ni antropólogo
han podido descifrar con exactitud.
Desde
la etapa antes de Cristo cuando se ha tratado de explicar el origen del hombre
el principal libro al cual acudir ha sido la Biblia. Obviamente al basarse en
este texto se consideraba a la cultura hebrea la más importante y en torno a
este pensamiento de han edificado las principales teorías sobre el origen de la
humanidad. Estas hipótesis siempre dejaban de lado nuestro lado del continente.
El descubrimiento de este “nuevo mundo” generó por supuesto un debate dentro de
la iglesia que en ese tiempo era el poder más importante sobre el mundo.
El
debate se trataba si es que nuestra cultura era también descendiente de Adán y
Eva los primeros habitantes del mundo. Esta discusión por supuesto hoy nos
parece absurda. El desacuerdo teológico nunca debió existir pues incluso aquí
los indígenas fueron obligados a alabar a un Dios que no conocían aún cuando su
iglesia no los reconocía ni como personas. Finalmente se reconoció que nuestros
ancestros si eran descendientes de aquella primera pareja que pobló el mundo.
Son
muchas las injusticias que nuestros antepasados tuvieron que soportar después
de la conquista española pero la cuestión teológica fue una de las más duras.
Los españoles justificaban sus malos tratos argumentando que aunque los habían
reconocía aún eran seres inferiores. Los comparaban con los judíos de manera
despectiva tan solo porque no reconocían a Jesús un personaje que ellos nunca
habían oído hablar. Lo más irónico es que los castigaban porque no reconocían
todo el bien que les habían hecho al convertirlos en cristianos.
Sin
duda la religión en esa época se puso del lado del conquistador para que
pudieran continuar su dominio sin problema. No importaba cuan irónicos fueran
los argumentos, los indígenas debían seguir pagando por una culpa que ellos no
poseían. Lo cierto es que ninguna hipótesis teológica podría explicar la verdadera
cultura de esta nueva raza hasta ese momento desconocida y por eso despreciada
y humillada.
Estas
teorías se pueden explicar hoy como simples mitos tan irreales como los cuentos
de terror, sin ningún sustento científico. Desde el momento en que el fanatismo
religioso fue puesto de lado se pudo iniciar una explicación del origen del
mundo más concreto y real. La teoría fundamental fue la de Darwin, la del
evolucionismo.
Desde
que la teoría evolucionista tomó impulso y ganó aceptación es que se empezó a
darle un verdadero valor a la cultura aymara. Esta situación se dio porque por
primera vez se reconoció que el hombre habría evolucionado en su propio
territorio y por tanto desarrollado su cultura. Este nuevo interés desarrolló
alrededor del mundo un interés en los estudios antropológicos y los teológicos
pasaron a la historia.
Darwin
fue quien dio el paso fundamental para explicar no solo el origen del hombre
sino de algo que viene con él, su cultura. Desde su descubrimiento han sido
varias las teorías que se han lanzado sobre el posible origen del hombre
americano. Unas aún afirman que estos provienen de Asia mientras que otros
defienden la natividad de los americanos.
Villamil
de Rada intentó conjugar estas dos visiones del origen del hombre. Quiso como
muchos otros conjugar la ciencia con la religión pero nunca olvido su sentido
nacionalista. Su emprendimiento fue aún más ambicioso pues no solo habla del
nacimiento del hombre como un ser humano, sino se aventura a ahondar en algunos
aspectos de su cultura.
Es
verdad que con la conquista española muchos de nuestros idiomas nativos
estuvieron en riesgo de desaparecer. Pero a pesar de todos los problemas
persistió y en algunos casos los españoles jesuitas tuvieron que aprender
nuestro idioma para enseñar. Incluso se determino en algún punto preparar una
cátedra que incluyera al quechua y al aymara. También se planteó elaborar un
diccionario que facilitara la comunicación entre los nativos y los
conquistadores.
Estos
diccionarios existieron, además de guías y otros textos que se enfocaron en
explicar la lengua aymara. Este idioma llamó la atención del mundo europeo
hasta después de la conquista. Este idioma anteriormente despreciado despertaba
el interés de muchos estudiosos. Lo explicaron de distintas maneras pero todos
los estudios coincidieron en que era una lengua compleja,
Cuando
nosotros escuchamos hablar a alguna persona en aymara podemos advertir lo
especial de su pronunciación. Cuando lo leemos es aún mas la sorpresa pues hay
muchos aspectos que hace parecer al castellano un idioma muy simple. Deja atrás
a muchas lenguas incluida el inglés. Dominarlo a la perfección solo escuchando
es muy difícil. Generalmente es costumbre que el aymara pase de generación en
generación.
Esta
es una lengua sin duda muy especial. Entonces por qué no podría ser cierta la
afirmación de Villamil de que el aymara es la madre de todas las lenguas.
Cuando la tendencia teológica dominaba se creía que el hebreo era la lengua
perfecta, la que hablaban Adán y Eva. Por otro lado hubo otros lingüistas que
creyeron que el origen de las lenguas europeas estaba en Asia. Un tercero se
animó a afirmar que el origen de las lenguas estaba en el sánscrito, antigua
lengua de los brahmanes, que sigue siendo la sagrada del Indostán.
Hay
dos posiciones bajo las cuales se aprecian las lenguas para afirmar que son
originadoras de todos los idiomas. Una es la de la comparación con los idiomas
que son hablados a nivel gramatical y oral. Y otro es por la antigüedad que la
lengua tiene en el mundo.
Develar
cuál es la lengua matriz del mundo no es una tarea para nada sencilla pues el
idioma se va modificando al pasar el tiempo. Por muchos factores como la guerra
el idioma se va modificando. Las lenguas van formando híbridos. Nosotros mismos
gracias a la conquista española prácticamente hemos perdido la costumbre de
hablar aymara. Hemos adoptado todo un idioma extranjero y con seguridad ellos
han adoptado de alguna manera el nuestro. Esta mezcla ha modificado tanto el
español como el aymara.
La
preocupación por determinar el idioma madre del mundo nace porque la lengua
esta ligada íntimamente a la cultura. Por tanto determinar en que región del
mundo se originó el idioma se podrá también determinar cuál es la cultura que
ha influido en todo el mundo. Esto llevaría a otorgar a algún pueblo la virtud
de tener la cultura más antigua y por lo tanto la más importante.
Veamos
el aspecto de la antigüedad de la lengua. Villamil de Rada afirma que el aymara
es la lengua más antigua del mundo. Por lo tanto también nuestra civilización
es la más antigua. Argumenta este aspecto basándose en la cultura tihuanacota.
De esta cultura existen hasta hoy monumentos en piedra que el autor atribuye a
una grandiosa habilidad tan antigua como importante.
Como
se ha dicho antes Emeterio Villamil de Rada no hablo de estos aspectos
ligeramente. Su estudio fue profundo. Admiro todos los aspectos a niveles
científicos y también religiosos. Observó las características geológicas,
metalíferas y orográficas de nuestros territorios y llegó a la conclusión de
que en comparación con otros continentes, este tenía las pruebas más
contundentes de ser la más antigua.
No
se detuvo ahí, también estableció una comparación entre los seres vivos de
nuestro continente con los de otros. La vida orgánica, fósil y viviente demostró también la hipótesis del
autor. Uniendo estos dos aspectos solo quedaba determinar la vida a nivel
antropológico. Con este cometido estudio la historia y etnología de la región
dándole también resultados favorables.
Prosiguiendo
con los estudios arqueológicos, Villamil también afirmaba que el Edén estuvo en
los Andes. Con una tabla comparativa pudo determinar la validez de este hecho.
Observó detenidamente todas las características de lo mencionado en la Biblia y
le resulto que en Sorata, su pueblo natal, estuvo el hogar de los primeros
hombres del mundo. Al lanzar estas hipótesis él estaba completamente seguro de
sus afirmaciones.
En
su momento los textos escritos por este erudito fueron ignorados. Por supuesto
ahora que nosotros vemos sus teorías también nos parecen algo irreales. Pero es
que en ese tiempo fueron revolucionarias y sobre todo reivindicadoras de
nuestra cultura. Los libros escritos por este aventurero fueron ignorados y
casi quemados hasta que Nicolás Acosta los rescató y publicó poco tiempo
después.
Lo
que Villamil de Rada pretendía hacer era algo importante no solo para nuestro
país sino para el mundo entero. Anunciar que la cultura aymara era la más
importante de seguro despertaría el interés de otros estudiosos que
continuarían revisando y tal vez dicha hipótesis hubiera sido claramente
aceptada o rechazada. Válida o no es sin duda un aporte a lo que se refiere al
avance del estudio antropológico del hombre.
Este
escritor se animó a lo que pocos harían. Dejó de lado sus estudios europeos,
incluso una familia en Perú. Y dedicó los últimos años de su vida a escribir
sobre lo maravillosa que la cultura de los aymaras es y siempre será para el
mundo entero. Trato de alejar esa mirada discriminatoria y hasta piadosa sobre
nuestro pueblo y lo elevó a un estadio superior y de mayor alcance.
Es
claro que Villamil fue un personaje brillante. Pero claramente estuvo limitado
porque los estudios antropológicos recién comenzaban. Su aporte no debe ser
tomado a la ligera pues en ese momento aunque la colonia ya había pasado aún
los indígenas eran discriminados. Era solo en apariencia que la esclavitud
había terminado. La disputa continuaba dentro de nuestra recién nacida
república.
Dentro
de la ahora Bolivia las disputas políticas de ese momento fueron determinantes
para la historia de nuestro país. Fue incluso Villamil quien fue partícipe
activo dentro de este proceso. Es aquí cuando se puede evidenciar su claro
inclinamiento hacía una tendencia nacionalista. Su pueblo Sorata siempre lo
reconoció como un gran personaje e incluso lo nombró autoridad en el momento en
el que se postuló.
Fue
tal la lucha por su país que en el momento en que sus ideas no fueron
escuchadas él reaccionó contra el gobierno que fuere. Esto provocó su exilio a
Perú por varios años, aún así en cuanto tuvo la oportunidad volvió al país a
seguir luchando.
En
su momento le pidió ayuda al gobierno para publicar sus textos pero no obtuvo
respuesta. No era de extrañarse pues el país vivía una lucha como ya se ha
mencionado. Lo que realmente le hizo falta a nuestro país en ese momento fueron
personas como Villamil, con un fuerte sentido patriótico.
Su
obra no solo fue escrita con el afán de hacer fama o fortuna como en otros
casos es muy común. Su interés era mucho más grande e importante.
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