martes, 11 de septiembre de 2012

2° Parcial


UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRÉS
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
CARRERA COMUNICACIÓN SOCIAL

Estudiante: Peñaranda Mitta Aylin Adriana
Materia: Redacción II
Docente: Sidney Torres
Fecha: 12 de septiembre de 2012

SEGUNDO EXAMEN PARCIAL

Crítica: “El día que murió el silencio”

 “El día que murió el silencio” una propuesta cinematográfica de Paolo Agazzi significó para Bolivia en 1998 un nuevo despertar para el cine. Agazzi director boliviano ya había dirigido  la película “Mi socio” que hoy es una de las películas más representativas y exitosas de nuestro país. Con esa experiencia se aventuró a lanzar este largometraje de 108 minutos que irrumpió con la línea del cine que hasta esa época se conocía.

Esta película nos relata la vida de un pueblo en el valle cochabambino, a la que el autor denominó Villa serena. Durante todo el desarrollo de la historia, además de observar las acciones de los personajes, los planos generales utilizados nos permiten apreciar el hermoso paisaje del pueblo. En su mayoría, apoyados por los movimientos de cámara y planos, se da claramente el contexto en que se desarrollan los hechos, lo cual permite entender de mejor manera la realidad del pueblo y ayuda explicar el comportamiento de los personajes.

Los personajes se destacan por su diversidad. Llama la atención que cada uno encierra un pasado desconocido, el director no se detuvo en explicar la historia de los personajes o qué los trajo al pueblo. Sólo explica brevemente la historia pasada de Celeste, la muchacha más hermosa del pueblo, cuya madre escapó con una compañía de teatro al involucrarse con un actor, motivo por el cual su padre enloquece y la encierra en su casa sin permitir que nadie la vea. Abelardo Ríos Claros  interpretado por Darío Grandinetti, curiosamente parecido a aquel actor que cambió la vida de Celeste,  irrumpe en la tranquilidad del pueblo trayendo una estación de radio a un pueblo hasta el momento incomunicado y sin luz eléctrica.

Agazzi da un mensaje muy directo con la introducción de Abelardo pues demuestra como un medio de comunicación, la radio, puede cambiar totalmente la vida de un población entera. Además se aprecia como pueblos alejados de la realidad del país pueden ser bastante crédulos y dejarse seducir por un desconocido. Grandinetti interpreta un papel complicado: atrevido, inteligente, vanidoso pero que en su afán por timar y cautivar a Villa serena, es él quien termina cautivado por una mujer del pueblo: Celeste, que cambiará todo le curso de la historia de este personaje.

Sin duda “El día que murió el silencio” es una obra muy interesante. Agazzi nos brinda una obra dramática con tintes de comedia muy amena que cautiva la atención. Tanto las locaciones como la música de la banda sonora han apoyado a darle un toque especial de sencillez que no pasa desapercibido y que ayuda al relato de los hechos. Más allá de demostrar cómo es la vida en un pueblo y contar la historia de Celeste y Adelardo, la película muestra mucho de la realidad que algunos pueblos bolivianos atravesaban allá en 1998, inmersos en el silencio.

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