domingo, 29 de julio de 2012

Práctica Nº 23

UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRÉS
COMUNICACIÓN SOCIAL
Nombre: Aylin Peñaranda
Materia: Redacción II                                    Paralelo: B

Práctica Nº 23
Columna
Trata y Tráfico de personas

Durante los últimos diez años el índice de Trata y Tráfico de personas en Bolivia se incrementó en un 92,2 por ciento. Son muchos los casos de personas desaparecidas que hasta el momento las autoridades no han podido resolver. Y cada día son más las familias que buscan desesperadas a sus seres queridos sin una respuesta. Al conocer los casos de estas personas es inevitable sentirse desprotegido y vulnerable ante estas redes delincuenciales que no se conmueven ni ante la vida de un ser humano.

Un estudio realizado por la Organización de los Estados Americanos (OEA) señala que Bolivia es uno de los cinco países de Sudamérica con más casos de Trata y Tráfico de Personas. Con el propósito de disminuir los casos es que la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara Diputados  ha propuesto la "Ley Integral contra la Trata y Tráfico de Personas".  Pero desde 2006 ya se cuenta con una ley que regula este delito y aún así los casos se incrementan cada vez más. Una ley que lamentablemente no ha podido amparar a las cientos de personas víctimas de este delito.

Los casos de desapariciones son de un promedio de 20 por día a pesar de que ya existe una ley que sanciona la trata y tráfico de personas. Las autoridades hasta el momento han demostrado que no tienen la capacidad de controlar y dar seguridad a los bolivianos.  Pues no basta con dar una nueva ley que vuelva las sanciones más severas, lo que realmente se necesita es un sistema de organización preventivo y una fuerza policial que vele constantemente por la seguridad de toda la ciudadanía.

Hasta el momento este sistema no ha sido eficiente y los secuestros de niños y adolescentes suceden a plena luz del día. Además nuestro país no cuenta con una entidad que se especialice en el tema de la investigación judicial y policial por lo que los casos se quedan años y años en los archivos sin poder ser resueltos.  Esta falta de control provoca que se incrementen las redes delincuenciales que se organizan para traficar personas. Niños, niñas y adolescentes son las víctimas más frecuentes de estas personas a quienes no les importa la vida de estos menores y los tratan como simples objetos.

 Las familias de los desaparecidos están desesperadas por dar con el paradero de sus seres queridos. Las historias que se escuchan son por demás conmovedoras y preocupantes. Las técnicas utilizadas van desde anuncios falsos de propuestas laborales hasta secuestros en las salidas de los colegios. Mientras esperamos la lenta promulgación de la ley son más las personas que desaparecen, cientos que están siendo tratadas de forma infrahumana en esclavismo sexual, laboral y otras cientos cuyos órganos ya han sido vendidos sin piedad alguna. No podemos  ser indiferentes ante este problema que no distingue a ninguna persona y todos somos vulnerables a caer en las manos de estas bandas delincuenciales que no tienen respeto ni por la propia vida.


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